lunes, 29 de octubre de 2012

"Neurodiversidad"



El término neurodiversidad fue concebido en su origen para referirse a la neurología típica del autismo.  Se utiliza en contraste a otros términos tales como desorden o enfermedad, y ha sido empleado por autores como Simon Baron-Cohen y, sobre todo, Thomas Armstrong, autor del libro “El poder de la neurodiversidad”.

La neurodiversidad implica un enfoque peculiar en lo referente a los llamados trastornos de conducta, de manera que si alguien dijo aquello de que “no hay enfermedades sino enfermos”, ahora diríamos “no hay enfermos, sino distintos modos de ser/estar/funcionar”. Es un concepto afín al de biodiversidad y al de diversidad cultural, y pone el énfasis en apreciar las enormes diferencias naturales que existen entre un cerebro y otro en lo relativo a la sociabilidad, aprendizaje, atención, estado de ánimo y otras importantes funciones mentales. Partiendo de esta base, trata de construir, en lugar de estigmatizar.

Este enfoque no es absolutamente nuevo, aunque sí su conceptualización. De hecho, muchos profesionales de la psicología y psiquiatría evitan formular un diagnóstico demasiado precoz.

La neurodiversidad se basa en ocho principios:
1. El cerebro humano funciona a la manera de un ecosistema. Es decir, no de manera rígida o meramente automática.
2. Los seres humanos y los cerebros humanos existen a lo largo de espectros continuos de competencia. El comportamiento “normal” no sería más que una parada en el camino, un estándar convencional.
3. La competencia del ser humano se define a partir de los valores de la cultura a la que pertenece. Por ejemplo, la homosexualidad se consideró trastorno mental durante largo tiempo.
4. El hecho de ser considerado discapacitado o dotado depende asimismo de factores coyunturales, como el lugar o el momento preciso en que se viva.
5. El éxito en la vida se basa en la adaptación del cerebro a las necesidades del entorno. Muchos de lo enfoques convencionales utilizados para tratar ciertos trastornos siguen sin descubrir entornos compatibles con los cerebros únicos de los individuos neurodiversos.
6. El éxito en la vida también depende de la modificación del entorno para ajustarlo a las necesidades del cerebro único, o construcción de nichos.
7. La construcción de nichos incluye elecciones profesionales y de estilo de vida que mejoran la vida del individuo neurodiverso.
8. La construcción posititiva de nichos modifica directamente el cerebro, lo que a su vez refuerza su capacidad para adaptarse al entorno. Los cerebros de los niños pequeños son especialmente “plásticos” o susceptibles de estimulación por parte del entorno durante sus primeros años de vida. Así pues, la construcción de nichos positivos debería ser una prioridad en la infancia y un objetivo social para integrar los cerebros distintos en un proyecto común.

* "El poder de la neurodiversidad", Thomas Armstrong (Ed. Paidós).